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500 en Florencia

Hace unos días se inauguró en el Palazzo Strozzi la muestra “Il 500 a Firenze”, tercer y último capítulo de un ciclo de muestras que inició con Bronzino en el 2010 y Pontormo e Rosso Fiorentino en el 2014.
Mientras las dos exposiciones anteriores están concentradas en tres de los más famosos maestros activos en Florencia de esa corriente artística llamada Manierismo, este último capítulo está dedicado a todos esos grandes artistas que trabajaron aquí en la segunda mitad del S. XVI, cuyos nombres son olvidados frecuentemente.
Questa settimana ha inaugurato a Palazzo Strozzi la mostra molto "Il 500 a Firenze", terzo ed ultimo capitolo di un ciclo di mostre che è iniziato con Bronzino nel 2010 e Pontormo e Rosso Fiorentino nel 2014.

Las artes figurativas fueron influenciadas profundamente por el periodo de crisis que en la primera mitad del S. XVI golpeó a la iglesia católica, cuya doctrina había sido atacada por los luteranos, haciendo necesario que interviniera el Consejo de Trento, con la esperanza de reonciliar católicos y protestantes.
Como consecuencia del Consejo, se prohibió la exposición de imágenes que mostraran cualquier señal de oposición al dogma, emanaron y se establecieron líneas precisas para los artistas que se encontraban en la posición de tener que instruir a la gente ortodoxa y alimentar su devoción.
El resultado fueron representaciones que se alejaban de la experimentación, que había sido lo que había caracterizado el arte Manierismo inicialmente. Artistas como Santi di Tito, Alessandro Allori, Giorgio Vasari, Jacopo Zucchi, Giovanni Stradano, Girolamo Macchietti, Mirabello Cavalori, Giambologna, Bartolomeo Ammannati, Jacopo Coppi, Maso da San Friano, Giovanni Battista Naldini y Vincenzo Danti, se movieron hacia composiciones más simples y de comprensión inmediata, con pocos personajes y una mayor adehesión a las Sagradas Escrituras. Debían inducir a los creyentes a orar, involucrándolos emotivamente y sin caer en excesos dramáticos y teatrales.

La muestra se abre con el Dio Fluviale de Miguel Ángel, una pieza realizada en arcilla, arena, pelo animal, fibras vegetales, madera, red metálica e hilo de fierro, recientemente restaurada. La escultura, realizada alrededor del 1526 mientras el artista todavía estaba activo en Florencia, se colocó frente al edificio de Luco di Andrea del Sarto, uno de los artistas más copiados y etudiados por sus colegas en el S. XVI.
La muestra prosigue con una confrontación excepcional de los tres retablos que representan la Deposición de Cristo en la obra de Rosso Fiorentino, Pontormo y Bronzino, colocados aquí uno al lado del otro, por primera vez en la historia, algo que hemos visto alguna vez quizá solamente en los libros de texto. La instalación es espectacular, y quedarán igualmente impresionados por el estilo totalmente innovador de Rosso Fiorentino, por los colores luminosos pero delicados de Pontormo y por la elegancia y atención a los detalles de Bronzino. Solo la posibilidad de ver estas tres obras, vale la entrada a la muestra.
Pero esto es solo la introducción, una especie de resumen de las dos ediciones anteriores sobre el manierismo, la “verdadera” muestra inicia en la tercera sala. Siete retablos, enormes, reunidos en una sala, esperan para asombrar al visitante. Aquí empezamos a ver qué sucede después del Consejo de Trento: cada artista interpreta los lineamientos de la Contrareforma con su propio estilo personal, pero sin olvidar las lecciones de los grandes maestros que los antecedieron. Sigue una sección dedicada al retrato, y entre los bellísimos ejemplares en exhibición, sobresale el retrato de Francesco I de’ Medici, gran mecenas, cuyo famoso estudio en Palazzo Vecchio fue decorado por los mismos artistas florentinos presentados en otra sala excepcional de esta muestra.
Después de tantas obras de arte referidas a las Sagradas Escrituras, encontramos una sección completamente dedicada a argumentos más profanos: aquí entre muchas otras obras de caracter mitológico y alegórico, encontrarán La Notte di Michele di Ridolfo por Ghirlandaio, inspirada en la escultura que hizo Miguel Ángel para la Sacristía Nueva en San Lorenzo, La Caritá de Poppi, proveniente de la Galería de la Academia, y las espléndidas esculturas de Giambologna y Vincenzo de’ Rossi, respectivamente la Fata Morgana y L’Adone morente.
En la sala siguiente se encuentra un retablo de Alessandro Allori, que representa el Milagro de San Fiacre, una de las 17 obras de arte que se restauraron para esta ocasión, gracias a la contribución de Friends of Florence.
La muestra se cierra con pinturas y esculturas realizadas entre el S. XVI y el S.XVII, como la Visione de San Tommaso d’Aquino de Santi di Tito y el San Martino divide il mantello col povero, del gran Pietro Bernini.
Una conclusión digna de esta trilogía espectacular dedicada al Manierismo florentino, esta muestra es única ¡y absolutamente imperdible!

Palazzo Strozzi
Del 21 de Septiembre del 2017 al 21 de enero del 2018
Entrada: € 12, reducido € 9.50

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