Más allá del Renacimiento en Florencia - Villa Bayon en la colina de San Gaggio

A lo largo de la antigua carretera provincial a Siena, en la cima de la colina de San Gaggio, hay una hermosa residencial, una red de pequeñas calles que conducen a villas en el campo. Todas muy elegantes, pero una es diferente a las demás: Villa Bayon. Encargada en 1963 por la familia Bayon al arquitecto Leonardo Savioli y terminada en 1967.

La década de 1960 fue la más productiva para Savioli, quien en quel periodo en Florencia construyó también la Vivienda Pública en Sorgane, el edificio en via Piagentina, Ponte Giovanni da Verrazzano y Villa Taddei en San Domenico.

Savioli no es un arquitecto que busca una relación con el contexto, con el paisaje, nunca lo hizo. No era su escuela. Michelucci, su profesor, no lo hizo y tampoco su amigo y colega Leonardo Ricci. Villa Bayon se destaca autónoma y pretenciosa entre las verdes colinas, diferente a todas las demás villas circundantes, caracterizadas por una arquitectura rica y moderna, pero más tradicional, escondida y respetuosa con el paisaje.

La estructura cuenta con una gran azotea practicable de hormigón armado, saliente y sostenida por altos pilares. También es un elemento presente en la casa de via Piagentina y claramente inspirado en las cubiertas de Le Corbusier, como la cubierta de la Capilla de Notre-Dame du Haut en Ronchamp.

La marquesina cubre gran parte de la estructura que se presenta con volúmenes separados muy articulados, cuadrados, rectangulares, circulares, con balcones y ventanas de diferentes tamaños, con diferentes marcos y antepechos. Esta alternancia irregular entre vacío y lleno es un elemento estilístico muy utilizado por Savioli.

El cilindro abovedado de la chimenea y la terraza sobre el cuerpo central son de gran impacto visual.

La construcción ha tenido mucho éxito entre los críticos, que siempre han enfatizado su originalidad y apreciado el contraste entre el estilo brutalista y la ligereza y simetría de los espacios habitables. La villa aparece como una sólida protección para la delicada vida familiar.

Una joya escondida en las colinas florentinas, poco conocida, pero digna de visitar, aunque solo sea un paseo por estas hermosas y pintorescas calles, entre prestigiosas villas y árboles centenarios.