Murales de otra época: un fresco en Piazza della Calza

Estamos en Porta Romana, al sur de Florencia, donde aún se mantienen en pie las murallas del siglo XIV sobrevivientes a la reestructuración urbanistica de Giuseppe Poggi en 1865. Inmediatamente después de la puerta monumental, se abre una pequeña plaza, Piazza della Calza. El nombre deriva de la iglesia y el convento que domina la plaza. El convento, hoy centro de conferencias, conserva un Cenáculo de 1514 de Francesco di Cristofano, conocido como el Franciabigio, el autor tanbién del fresco arriba en la parte posterior de la puerta de las murallas.

El nombre deriva de la orden monástica de los Ingestuati, famosa por la producción de vidrieras, que desde 1529 tenía su sede en el convento de la plaza. También se les llamaba Hermanos de la calceta, ya que vestían un manto gris con una capucha larga que parecía una calceta (calza).

Un gran fresco en la fachada de un edificio frente a la puerta llama la atención de quienes atraviesan las antiguas murallas. La obra sustituye a una anterior de 1616, encargada por el gran duque Cosme II Medici al pintor Giovanni Mannozzi (1592-1636), del que sólo queda un dibujo preparatorio. El tema de la obra original era una alegoría de Florencia, dama del Gran Ducado de Toscana, con las dos ciudades derrotadas de Siena y Pisa a cada lado. Una auto-celebración del poder de los Medici, una advertencia para quienes ingresan a la ciudad.

El fresco, expuesto a la intemperie, se había deteriorado a lo largo de los siglos y fue severamente dañado durante la batalla de Florencia en el verano de 1943.

En 1953, el alcalde de Florencia anunció un concurso para crear un nuevo fresco. La obra fue encargada a Mario Romoli (1908-1978) e inaugurada en 1955.

Titulado La vida en Florencia a lo largo de los siglos, se divide en dos partes, que contienen dos grupos de figuras.

A la derecha encontramos importantes personajes del pasado: Dante Alighieri, Masaccio, Leonardo da Vinci (con barba blanca), Marsilio Ficino, Girolamo Savonarola (con traje dominicano), Angelo Poliziano, Lorenzo el Magnífico y Francesco Ferrucci (con armadura).

A la izquierda, artistas y escritores contemporáneos en el nuevo fresco: Quinto Martini, Luigi Campedelli, Giovanni Papini, Ardengo Soffici, Ottone Rosai, Italo Gamberini, Primo Conti y el mismo autor del fresco Mario Romoli. Finalmente, un albañil, símbolo de todos los trabajadores que ayudaron a reconstruir Florencia después de la destrucción de la guerra.

Sobre la pequeña ventana que actúa como un punto de inflexión entre lo antiguo y lo contemporáneo, la Virgen y San Juan Bautista, protector de la ciudad, o quizás el arcángel Gabriel. Entre ellos la inscripción IHS, una antigua abreviatura de Cristo.

El estilo rígido y geométrico, los contornos marcados y la estilización de los personajes hacen que la obra sea comprensible para todos y que las figuras sean fácilmente reconocibles incluso desde la distancia.

Un fresco contemporáneo rodeado de murallas medievales, una obra verdaderamente única en su tipo en Florencia.